Participación escolar
La participación social en la
educación sigue siendo un tema de plena actualidad e importancia, tanto a nivel
local como global. Los estudios al respecto destacan que aumentar la
participación de los alumnos, profesores y/o padres y madres en los centros
escolares refuerza la calidad, equidad y los resultados de aprendizaje del
alumnado (Santizo, 2011,2012).
También se puede observar, que la participación escolar fomenta la autonomía de las escuelas y la respuesta a los requerimientos sociales (evaluación y feedback de los actores sociales). Puede ayudar en el proceso de democratización y descentralización del sistema educativo según la Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación (REICE) (Flores-Crespo, Ramírez Ramón, 2015).
Además, constituye una
recomendación general por parte de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE). Proponiendo para ello la constitución de órganos como los Consejos Escolares de Participación Social (CEPS) que deberán
tener poder e influencia real sobre los aspectos relevantes de la vida escolar,
así como suficiente información de los procesos llevados a cabo, formación de
sus miembros y transparencias en sus acciones (OCDE, 2016).
Me ha llamado la atención una
iniciativa en forma de concurso para fomentar la participación escolar. En
ella, se ha pedido la opinión de los alumnos para ayudar en el proceso de
transformación educativa ante el panorama post-covid. Varias propuestas se han
sometido a votación desde la iniciativa ‘Educación Conectada’ planteada por BBVA
y la Fad, por un jurado compuesto por expertos en materia educativa, contando
entre otros con el Secretario de Estado de Educación Juan López Martínez, o el
profesor e investigador experto en innovación educativa, Manuel Fernández Navas,
entre otros. Entre las propuestas seleccionadas se busca principalmente repensar
las aulas o métodos de enseñanza para el nuevo paradigma que encontramos en el
ámbito educativo en la actualidad. Estas propuestas innovadoras se presentarán
posteriormente a la comunidad educativa para contemplar la posible
incorporación al mundo docente y estudiar su viabilidad.
Dentro de estas propuestas se busca ofertar nuevas posibilidades para reformular la acción educativa. Desde teselar en hexágonos el suelo de las aulas y espacios escolares para aprovechar de forma más eficiente el espacio, como reconstruir los horarios lectivos reduciendo alumnos por aula, pasando por distintas medidas que incorporan las nuevas tecnologías como la clase por streaming. Estas incluyen adaptar la presencialidad de las clases a un sistema mixto de formación: presencial y digital buscando nuevos modelos de transición a la educación digital; un modelo bi-modal que conjuga educación presencial con educación a distancia.
Uno de los mecanismos que más me impresionó es incorporar ciertas metodologías de trabajo por proyectos como las que reagrupan contenido de varias asignaturas en un trabajo común. La propuesta separa los contenidos de cada asignatura en un marco teórico y práctico, con la idea de que se trabaje por proyectos y bajo la metodología de “aprender haciendo”. Más cercano a incorporar partes prácticas en las asignaturas y acercar la participación del alumnado de forma orgánica en el desarrollo de las clases.
Qué interesante, me parece muy chulo lo de agrupar distintos contenidos de varias asignaturas, así se conectan y no parece que demos cosas aisladas y sin relación.
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