Película de contenido educativo: "La lengua de las mariposas"
Hoy os hablaré de "La lengua de las mariposas" (1999)
de José Luis Cuerda con Fernando Fernán-Gómez como profesor (Don Gregorio).
Una magnífica película ambientada
al periodo precedente a la guerra civil española que muestra el gran interés
que los profesores pueden poner en enseñar a sus alumnos mediante el respeto,
la tolerancia o el valor de la libertad entre otros. Resultando aún así en un
curioso desenlace. Incide así en la labor de educación en valores mostrando una
relación muy tierna entre un maestro y su alumno (Moncho) en 1936 y como en
ocasiones los factores externos (en este caso las circunstancias que
ocasionarían la Guerra Civil Española) pueden influir de forma definitiva en la
educación de un individuo.
Aparece una metodología de
enseñanza libre caracterizada por un profundo humanismo. Incluye ciertas nociones
de aprendizaje significativo y constructivo, a través de la experiencia y la
observación y se refuerza el papel de la familia en la educación.
El tema político está presente a
lo largo de toda la película, evidentemente Don Gregorio destaca su ideología
republicana mediante su metodología y enseñanzas, pero aún así el mensaje está
comunicado con sutiliza sin entrar realmente a educar “políticamente” a sus
alumnos si no formándoles en valores tan preciados como la libertad.
Como mensaje final, la película
defiende tanto la libertad de expresión y la cultura como medio para alcanzar
una libertad personal; como la importancia de la experiencia personal y la
observación sensorial para la educación. Consigue además derribar algunos
tabúes de la “educación eficiente” de la época, mostrando una forma diferente
de educar centrada en la experiencia.
Reconozco que en el momento de
ver la película no lo sabía, pero está basada en los relatos del autor gallego
Manuel Rivas. Tanto la principal “La lengua de las mariposas” como
pequeños elementos de “Un saxo en la niebla” y “Carmiña” todos
ellos pertenecientes al libro ¿Qué me quieres, amor? de 1996.
Mi objetivo como docente sería
conseguir que los alumnos compartieran la pasión sobre alguna de las temáticas
vistas en clase desde mi especialidad (tecnología e informática). Lo cual sería
un indicativo de que he conseguido “engancharles” a mis clases y despertar un
interés verdadero en algún contenido de la materia. O, en general, alumbrar algún
“fuego interno” en el alumno, que le permita ilusionarse con alguna asignatura.
Comentarios
Publicar un comentario